Saturday, October 13, 2007

Sobre el fanatismo

Se encontraba el inefable Maestro Burro presenciando un partido de fútbol entre las selecciones de animales de Africa y Sudamérica, en el estadio Mato Grosso del Amazonas.
A pesar de andar de incógnito (Se había amarrado las largas orejas escondiéndolas detrás de un gorro con visera) y usaba lentes oscuros, en el entretiempo un sapo periodista lo descubrió y aunque visiblemente contrariado, accedió a responder algunas preguntas.


- Maestro, es usted fanático de algún equipo?
- Mmmmh...no, sólo me gusta el fútbol, el deporte en general y vengo al estadio más bien a realizar algunas observaciones de carácter sociológico.

Mientras tanto, la barra brava de los animales sudamericanos compuesta principalmente por monos había comenzado a arrojar plátanos a la pequeña barra visitante, compuesta por algunos camellos e hipopótamos que habían demorado tres meses en llegar hasta el Amazonas.

-MB: Los griegos inventaron el deporte como una forma de sublimar nuestras energías y principalmente como una forma de obligarnos a superarnos a nosotros mismos, de entregar lo mejor de nosotros mediante la competencia con los rivales. Lo que se ha perdido es precisamente esto, el deporte es una competencia consigo mismo, el rival ocasional sólo es una referencia. El verdadero rival a superar es uno mismo, para desarrollar la voluntad, perseverancia, el honor, el respeto y la tolerancia, la disciplina, la excelencia. Para probarse en la tentadora vanidad y arrogancia de los triunfos o para aprender de las derrotas y volver a levantarnos.
En el caso del deporte profesional que practican los humanos, se desvirtúa aún más su espíritu al involucrar el dinero. Entonces deviene el exitismo, aparecen los dopajes, las apuestas, los arreglines, los saqueos, la corrupción. En el mejor de los casos, un deportista profesional honesto y exitoso podrá lograr fama y fortuna, pero su desarrollo será muy limitado.
En el ideal helénico, el hombre debe conseguir un desarrollo integral siendo un filósofo y simultáneamente un artista, un científico, un deportista, un guerrero. Alguna similar se logró con las antiguas y genuinas Artes Marciales.

Mientras tanto los Camellos huyeron en estampida y varios cayeron resbalándose en los plátanos. Los hipopótamos en cambio se indignaron y contraatacaron arremetiendo las graderías donde estaban los monos. Comenzó el caos y la destrucción generalizada, pero el Maestro Burro permanecía inmutable. Ingresó al estadio una cuadrilla de zorrillos a lanzar gases y líquidos para dispersar a los animales.

Es más, bebió lentamente un sorbo de su café express desde un vaso con el logo Starbucks y siguió hablando:
- Entre paréntesis es rico este café –agregó bajando un poco los lentes para guiñarle un ojo al Sapo y continuó:


El fanatismo es un gen del lado oscuro que está presente lamentablemente en muchísimas personas. Se trata en el fondo, de una intolerancia patológica mezclada con un escaso dominio de las emociones. Así, tenemos fanáticos en el deporte que buscan destruir a los rivales del equipo contrario o a sus simpatizantes.
Otros fanáticos se meten a las religiones para condenar y descalificar a quienes no piensan como ellos o no comulgan con su credo. Esperan fervorosamente los tiempos del fin para que todo se destruya y sólo ellos se salven, lo que significa que millones morirían o peor aún se irían al infierno ¡lindos sentimientos!
Como puede ver, el fanático busca formas de esconder sus oscuros sentimientos de extrema violencia y alma criminal disfrazándose con piel de oveja para pasar por deportista o religioso.

Otros fanáticos se meten en la política para "salvar el país" o para llevar a cabo "la revolución", se disfrazan con intereses sociales y comunitarios cuando en realidad lo que quieren es tomar las armas para matar, destruir y obtener el poder para robarles a sus semejantes.
Yo sostengo que este es un gen presente en la mayoría de los homo sapiens que se llaman a sí mismos "humanidad". Si usted observa la historia de la así llamada humanidad, en general no es más que una colección de guerras, holocaustos, invasiones, despojos, sangrientas revoluciones, cruzadas para destruir al infiel de otra religión, inquisiciones, esclavitud, destrucción, contaminación, etc. etc. ¿Cómo se puede llamar a eso Humanidad?

En un momento el Maestro Burro se quedó hablando solo por que el cobarde Sapo periodista entró en pánico y huyó al ver que la turba de animales se dirigía hacia donde estaban conversando. El Maestro Burro esperó inmóvil hasta el último momento, estaban por aplastarlo cuando se paró y saltó como un rayo quedando de pie tres gradas más arriba con sus orejas libres apuntando al cielo, mirando a la turba. Su túnica blanca flameaba con la brisa presente y parecía verse más alto de lo normal, casi majestuoso. Al verlo, Los animales quedaron paralizados, parando inmediatamente la pelea y bajaron la mirada, retirándose cabizbajos y avergonzados, mientras el Maestro Burro seguía de pie, observándolos desde lo alto…


El marcador favorecía a la selección sudamericana por uno a cero y el partido se dio por terminado.

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