Thursday, August 10, 2006

Sobre el Juicio del Alma

Extracto de una conversación

-Bien, el Juicio del Alma es un "mecanismo de seguridad" espiritual creado por Dios (el creador del Universo) mediante el cual, la persona se juzga a sí misma antes de volver a encarnar, en condiciones muy especiales, de tal manera que no se da cuenta de esto y cree que está juzgando a un desconocido. De esta forma, una persona que no se ha cultivado interiormente, que no ha evolucionado, juzgará en consecuencia y se auto condenará en mérito de si mismo.

Ejemplo, si un tipo es intolerante, impaciente, pelador, envidioso, prejuicioso, egoísta, criticón, que gusta hablar y pontificar sobre los demás, indicando qué deberían hacer o por qué los demás no son como él es, que gusta de emitir juicios lapidarios y absolutistas, que no ha desarrollado la empatía, la capacidad de escuchar y comunicarse con los otros, etc.,
y llega al momento del juicio del alma y se le es envestido del poder de juzgar ("Si quereís conocer de verdad a alguien dadle poder") no dudará en "rajar" al procesado y se condenará a si mismo a una vida siguiente muy dura.

En cambio una persona que se ha trabajado internamente y ha logrado evolucionar incorporando valores y virtudes como la tolerancia, la paciencia, la empatía, que ha aprendido a no juzgar a los demás, a no opinar de ellos a menos que se lo pidan expresamente, que ha cultivado la genuina humildad interna (que no tiene nada que ver con la pobreza) etc. Entonces en el momento del Juicio del Alma podrá realizar una ponderación más adecuada de méritos, faltas y atenuantes, obteniendo para sí mismo una mucho mejor vida futura que si no hubiera "invertido" en estos valores del Espíritu.

En consecuencia y para que les quede bien claro, esto de los valores espirituales no es asunto de moralidad o religiosidad: Es un asunto de rentabilidad; Es más rentable volverse más humano y cultivar las virtudes. Es además, la única manera de hacer del mundo un lugar mejor para vuestros hijos.

Y también para que les quede bien claro, Nadie los juzga, aquí no hay un asunto de justicia o injusticia divina en nuestras vidas, no hay un dios que los está vigilando (por dios, qué descomunal pretensión) aunque sí se está grabando todo.

Somos nosotros mismos quienes nos juzgamos y nos castigamos, premiamos o sometemos a prueba para algún propósito. Pueden quedarse en la ingenuidad perezosa de la religión, esperando favores o salvación de algún dios, o tomar la propia responsabilidad de la misión en la vida, una escuela creada para evolucionar o involucionar, ya que no existe un término medio.


En otras palabras, somos nuestra propia justicia.


Los grandes iniciados que han dado lugar a las religiones siempre han insistido en este punto crítico: No juzgar a los demás, no hacer a los otros lo que no queremos que nos hagan, el que esté libre de pecado que lance la primera piedra, no ver la paja en el ojo ajeno, etc. Pero nadie parece comprender que aquí se está dando una clave fundamental para el progreso individual y colectivo de la humanidad, incluso es más, la historia muestra que son precisamente las religiones quienes menos respetan esta recomendación.....

Antes de opinar, juzgar o hablar de los demás, es mejor entonces pensarlo dos veces....